Valencia 18 de noviembre de 2010 al 30 de enero de 2011
ATELIER REIVINDICA EL VALOR CULTURAL, MEDIOAMBIENTAL Y COMERCIAL DEL FIQUE A TRAVÉS DE UNA EXPOSICIÓN EN EL JARDÍN BOTÁNICO
La muestra “Fique. Historia y futuro de una fibra vegetal” realiza un recorrido etnográfico y propone el hilo como alternativa a productos no biodegradables
El Jardín Botánico de la Universitat de València inauguró la exposición “Fique. Historia y futuro de una fibra vegetal” el 18 de noviembre de 2010 . La muestra, que pudo verse hasta el 30 de enero de 2011 en la sala Estufa Freda del jardín, se enmarca en el proyecto Diversifique de promoción internacional del uso de la fibra natural del fique puesto en marcha por la ONGD Atelier con la colaboración de la Generalitat Valenciana y la cooperativa colombiana Ecofibras.
El acto de presentación se celebró a las 17 horas en el Auditori Joan Plaça del Botánico y en él intervinieron la investigadora en Historia del Arte y comisaria de la muestra, Isabel Justo Fernández y el ingeniero agrícola en representación de la cooperativa Ecofibras, Vladimir Fernando Guerrero. Seguidamente se presentó el documental “El fique. Un hilo con mucha fibra” que forma parte de este proyecto y que ha sido producido también por Atelier. Finalmente se inauguró la exposición que la ONG ha organizado con el apoyo del Jardín Botánico de la Universitat de València.
IMÁGENES INAUGURACIÓN EXPOSICIÓN
Medio centenar de piezas y paneles informativos, entre imágenes, documentos históricos, textiles, complementos de indumentaria, artesanía y maquinaria componen esta muestra que tiene como protagonista la fibra natural de fique y que pretende dar a conocer el ciclo integral de producción y transformación de este vegetal, enfatizando la dimensión de sostenibilidad ambiental del uso de la fibra y su vinculación a diferentes culturas de los principales departamentos productores en Colombia como el Cauca, Nariño, Antioquía y Santander.
El fique es la principal fuente económica de unas 70.000 familias de Colombia que trabajan este cultivo del que se extrae una fibra biodegradable utilizada principalmente para tejer sacos y empacar productos como el café, aunque ahora ya se utiliza para otro tipo de elementos artesanales.
La exposición trata de recuperar la sabiduría textil de los pueblos que habitaban el territorio que ahora ocupa Colombia antes de la llegada de los españoles, para desarrollar nuevos usos del fique, no sólo culturales sino comerciales, que favorezcan el desarrollo sostenible de estos pueblos y la sustitución progresiva de productos no biodegradables como las bolsas de plástico por otros realizados con este hilo vegetal.
Vladimir Fernando Guerrero ha invitado a conocer la planta: “La fibra de fique puede ser una buena alternativa a materiales no biodegradables como el plástico y por tanto a la contaminación creciente del planeta”. El ingeniero agrícola ha explicado que de momento sólo se utiliza el 4% de la hoja de fique, pero que actualmente se investiga cómo recuperar el 96% de hoja restante como abono orgánico, material desengrasante, jabón o para la producción de cerveza, tequila, biogases y biomantos, entre otros usos de la planta.
El representante de la cooperativa colombiana Ecofibras con la que coopera Atelier habló de los usos actuales del hilo de fique en la artesanía decorativa y la industria del embalaje y empaquetado.
Además, Atelier ha propuesto actividades pedagógicas complementarias como visitas guiadas para grupos en las que se proyectará el documental y se explicarán los beneficios del uso del fique. Estas visitas tendrán que concertarse previamente en la sede de la ONG.
VALOR ANTROPOLÓGICO DEL FIQUE
El tejido de fibras naturales estaba en la base de la economía y la cultura de estos pueblos. El denominado “pueblo Guane”, situado en el sureste del actual departamento colombiano de Santander y parte de los de Cundinamarca y Boyacá, estaba poblado por unas tribus dedicadas a la caza y la agricultura. Eran habilidosos trabajando la cerámica y confeccionaban finas mantas y otros objetos de algodón y fique.
La fibra de algodón servía a los guanes como abrigo y adorno corporal. Ésta era finamente trabajada; en su elaboración se utilizaban intrincadas decoraciones tejidas o pintadas con diversos colores; por su parte la fibra de fique era utilizada para complementos de la indumentaria -tocados, bolsas y mochilas idénticas a las que se producen en la zona hoy-.
El desconocimiento que todavía se tiene de los detalles de esta cultura capaz de tan bellas formas de expresión plástica, junto a los pocos restos que dejaron tras de sí, hacen que los vestigios que se conservan, muchos de ellos textiles, cobren especial importancia desde el punto de vista antropológico.